El otro día me levanté pensando en vos, y pensé qué ironico que todavía tenga la costumbre de tu mirada por las mañanas, de despertarte con tus besos y tus abrazos en las madrugadas. A veces me quedo mirando la nada, recordando nuestras risas, como si todavía estuviesen ahí. Las peleas en la cama, las cosas que hacíamos, lo mucho que nos reíamos.
Y me quedó todavía la costumbre de levantarme junto a vos, de mirarte y sentir que me puedo mirar, que soy yo. Todavía siento tu perfume al acostarme, pero ya nadie viene a levantarme. Esas noches que me quedaba con vos, que no salíamos. Tengo la costumbre de creer que seguimos siendo, vos en mí y yo en vos. Estos meses que pasaron a mi no me cambiaron, porque sigo sintiendo lo mismo, sigo haciendo lo mismo, solo que sin vos.
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