viernes, 27 de mayo de 2011

El día perfecto

Ella lo conoció una tarde de verano, fue perfecto...Si los hubiesen visto creerían lo mismo que yo, sus miradas, la forma en la que él le hablaba y se buscaban como si se necesitaran.
Nunca había visto algo así, él era mejor que todo lo que ella algún día soñó, él era perfecto... Esa tarde voló, y cuando se despidieron en la estación dejaron el beso para otra ocasión.
En una noche de esas que no se esperan se volvieron a encontrar, cada uno con su grupo llegó al lugar. Era una noche especial y aunque no hubiesen querido encontrarse se hubiesen encontrado igual. Había pasado un tiempo ya, desde aquella tarde y él para esa noche tenía otros planes, pero la vio... y entonces todo lo de más no le importó. Los dos sentados en la última mesa del bar se miraban como si no existieran los demás, él la sacó a bailar y así riéndose pasaron el tiempo sin darse cuenta. Pero otra vez tenía que despedirse, ella le dio un beso en el cachete y se estaba yendo ya cuando él la agarró del brazo, solo se miraron y entendieron que esta vez no podían irse sin despedirse... nunca se olvidaron de su primer beso les quedó para siempre en ese momento, solo fue perfecto...
Él vivía muy lejos y solo venía los veranos. Después de aquella noche solo tres veces más se encontraron, no importaba cuanto tiempo no se vieran, no importaba que otras historias tuvieran, no importaba todo lo que ese año les había pasado, cuando se veían volvían a esa tarde de verano, en donde él seguía siendo ese chico tan perfecto, ella la única que él quería y los dos juntos los más perfecto que yo conocía.






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Si el mundo se reduce a nuestros sentidos... ¿Quien me puede decir de que color es todo lo que vimos?