martes, 31 de mayo de 2011

nunca me enamoré

Yo que no quería que uno solo sea dueño de mi cama, yo que no quería amores, ni caminatas juntos de la mano. Odiaba las relaciones largas, los chocolates y las cartas. Jamás me gustaron las típicas palabras de amor, ni mucho menos que me pregunten si es con ese con el que estoy. No quería ataduras, no quería reproches, no quería celos por cosas de una noche. Yo solo quería divertirme, salir y nada más. Yo que no me comprometía, yo que no me enganchaba, que no me enamoraba...yo que no quería nada... ahora me estoy acostumbrando a sus besos, a sus abrazos en la cama, a sus te quiero de madrugada.
Y de repente me encontré extrañando su cuerpo, esperando el mensaje de los sábados, preguntándole si estuvo con alguna la noche que salió, me encontré con celos de que tenga otro amor.
¿Qué me pasa? Yo no era así... Me acostumbre tanto a verlo todos los días, que si no lo veo lo extraño, me acostumbre tanto a besarlo... a tocarlo...a sentirlo...que si no lo tengo lo extraño.
Me gusta verlo cuando me sonríe, sus salidas sin sentido, sus chistes al oído. Empiezo a sospechar que me está cambiando, que de la forma en que me mira ya me estoy acostumbrando. Y ya digo cosas como que quiero sus abrazos, como lo estoy necesitando y cosas que suelen decir los que están enamorados.
No quiero decírselo porque no es que me estoy enamorando solo por ahora lo estoy extrañándolo, es que lo tuve tanto a mi lado, que ya me gusta saber que está ahí, que me espera y que siempre piensa en mí. Quizás ya me está gustando saber que es solo mía esa mirada, que no me cambia por nada, pero no quiero decírselo porque  no estoy acostumbrada a estar enamorada.


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Si el mundo se reduce a nuestros sentidos... ¿Quien me puede decir de que color es todo lo que vimos?